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Por lo que fuimos. Por dónde estamos.
Por todo lo que vino y por todo lo que alcanzamos.
Por la promesa que hicimos cuando empezamos.
Porque lo hicimos. Hasta el final, mi hermano.
Porque juramos que en el pecho y en la sangre.
Y por mi sangre, que te llevo hasta en el pecho.
Porque dijimos que de peques hasta grandes.
Y ahora mi orgullo por ti pega hasta en el techo.
Porque estuvimos cuando no tuvimos nada.
Porque cuidarnos era parte del progreso.
Por los veranos caminando por la playa.
Y por las lágrimas de aquellos 20 Inviernos.
Por el abrazo en Málaga. Yo pude con tu odio.
Por el abrazo en Murcia. Me sacaste del hoyo.
Por viajes de mil horas. Por dormirme en tu hombro.
Por aguantarme tanto. Por perdonarme todo.
Por ser mi pie de apoyo cuando voy a cualquier parte.
Por tantísimas tardes de rapeos en los parques.
Por aquella leyenda que ayudaste a que forjase.
Y porque ahora tenemos 7 Historias que contarles.
Por la primera vez que juntos nos reconocieron.
Por la primera vez que el canal ya nos dio dinero.
Por aquel batacazo a Capella en Navalcarnero.
Y cinco años después en el Viña ante el mundo entero.
Quien diga que no lo hemos hecho, es que no nos conoce.
Ya lo teníamos hecho desde el día que empezamos.
¿Y sabes que hemos hecho? Nos hemos forjado un nombre.
Y no van a olvidarlo ni el día en que nos muramos.
Porque logramos lo que parecía imposible.
Y lo difícil fue como un juego de niños.
Nuestro reloj fue aquel escudo indestructible,
Que reforzamos con paciencia y con cariño.
Hoy nada me arrebata los recuerdos de la mente.
Y ahora lucho como nunca por vivir este presente.
El pasado fue bonito. El futuro, viene fuerte.
Pero en esas tres etapas, vas a estar conmigo siempre.
Porque en la vida hay cosas que nunca se acaban.
Y la amistad de verdad siempre prevalece.
Porque en la vida los caminos se separan.
Pero un hermano de corazón no desaparece.
Crece contigo. Lucha contigo.
Vive lo que vives tú. Sabe ser tu abrigo.
Sabe lo que sientes. Sabe lo que piensas.
Sabe ser la mano firme en situaciones tensas.
Sabe estar ahí cuando nadie más estuvo.
Te aguanta como eres, porque sabe lo que hubo.
Sabe perdonarte. Sabe comprenderte.
Sabe ser el hombro de apoyo que te hace fuerte.
Doy gracias al tiempo por ponerte en mi camino.
Y aún con todo en contra, te quedaste aquí conmigo.
No le pongo ni una contra a lo que dio el destino.
Porque en ese tiempo es cuando más feliz he sido.
Gracias por estar ahí cuando apretaba el hambre.
Gracias por acompañarme hasta que me hice grande.
Es un puto orgullo haber salido hacia adelante.
Es AContratiempo. En el pecho y en la sangre.
