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Siete meses desde que me puse en cuarentena,
tengo tanto guardado que las ideas se revelan.
Escribir no soluciona nada pero consuela,
para mí hacer esto es tragar saliva hacia afuera.
Es una forma más de agradecer a los que estaban,
allí son por grabarme sin querer cobrarme nada.
O a mi novia que sin ser novia ni nada,
ya me saco de la mierda cuando lo necesitaba.
En las buenas y en las malas a la cara y sin reparos,
las cosas claras te convierten en el malo.
Aunque bien mirado ser el malo no está mal,
si lo sabes aprovechar a veces hasta es un regalo.
Siete de la mañana y vuelvo a casa desquiciado,
escuchando cómo tenéis a todo el mundo engañado.
Gente inocente va al producto equivocado,
y termina de entender que lo barato sale caro.
A punto de cumplir los 22 me he rodeado,
de niños treintañeros que viven la edad del pavo.
Lo bueno se acaba y da igual si tarde o temprano,
no se evita tapando tus ojos con las manos.
Refugiados en su fiestas de disfraces,
con la misma máscara y distintos personajes.
A Zasko le hundieron y se quedaron al margen,
porque les importa menos un colega que su imagen.
La gente mata para colgarse medallas,
mentir sale gratis pero el ingreso no falla.
Se forra el hipócrita que está en la gran pantalla,
diciéndote no a las drogas mientras se mete una raya.
Canallas frustrados que no dieron la talla,
están pasando miedo por si algún día todo estalla.
Lavándose las manos si la bola se hace grande,
aquí el más cobarde nunca otorga pero calla.
Crecí con los mejores y aprendí unos valores,
van mucho más allá de ver mi propio beneficio.
Vivo en el lugar más oscuro del edificio,
con corazón y mente en otro sitio mi sitio.
Y dime quién eres tú pa decir que no es mi lugar,
no necesito drogarme pa respaldar mis principios.
Yo no fumo porros me drogo ni tengo vicios,
pero tú en la FMS vas mil veces al servicio.
Me sacáis de quicio posáis para la foto,
cambiando el carácter cuando os alumbran los focos.
No sueño con tu vida porque hay que quererse poco,
pa vivir comiendo a costa del talento de otro.
Dame las gracias por la parte que te toca,
la prepotencia te convirtió en su mascota.
Yo tengo amigos ricos y amigos en bancarrota,
y a la hora de dar un abrazo eso nunca se nota.