HIELO
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Letra:
Hoy está gritando mi silencio,
Ansioso por vestir otro comienzo,
Los dedos que pintaban mi lienzo,
Se tornaron manchas ocres dibujando menosprecio,
Y por más que me avergüenzo,
Si te pienso me castigo,
Si te sueño me sentencio,
La culpa es tuya por haberme puesto precio,
La culpa es mía por subirme inconsciente al trapecio,
Fuimos mártires de la impaciencia,
Te llamabas Luz, hoy te apellidas Ausencia,
Siempre fuiste tan discreta,
Que no hiciste ruido ni al meter mi vida en tu maleta,
Eras una forma de existencia,
Camino, llegada, destino, esencia,
Yo que me creía tan poeta,
El viento movió tu melena y reescribió las letras,
Dejaste huérfano a mi pecho,
Mis manos se preguntan que cuanto median tus piernas,
Ahora cuando ando hacia el lecho,
Hay un camino de flores mustias que me lo recuerdan,
¿Por qué te llamo en la lejanía?
Si el eco devuelve tu nombre con melancolía,
Cuando abro la nevera que ironía,
Hay dos cervezas, una está llena y la otra vacía,
Sé vivir, porque sé pensar,
Pero el raciocinio es un perro sin bozal,
Cuando anhelo tus labios repito sin cesar,
Que Judas también sabía besar,
La última cena fue triste,
Aliñaste tus excusas, pero no me comiste,
Ahora pienso en cuando me quisiste,
Y le rezo a las palabras que algún día me dijiste.
No sé si valió la pena,
El quedarme aletargado con tu canto de sirena,
Hoy soy culpable de mis problemas,
Si navego a la deriva en otra melodía eterna,
Tus dedos eran escala,
Y convertiste mis hombros en pentagrama,
Cualquier virtuoso que te toca exclama,
Que tu cintura es la más bella sinfonía escuchada,
La luz ya perdió su brillo,
Te arrancaste la corona y derrumbaste el castillo,
Aún te veo desnuda por el pasillo,
Y mirar para otro lado no me resulta sencillo,
Caminé cegado hasta las rocas,
Y la sal me recordó que existían otras bocas,
Aunque un ser en soñador nunca admite su derrota,
Si las riendas son firmes el tiempo no se desboca,
Sírveme otro whisky con hielo,
Pues mis dedos abrasados ya no guiarán su vuelo,
Pues esta voz desgarrada ya no sabe a terciopelo,
Pues estos ojos lustrosos ya no son puertas al cielo,
Marioneta con la rabia contenida,
Pero con la esperanza del que sabe que aún respira,
No sé convivir con está herida,
Un adiós es para siempre, un hasta luego es mentira.
Ansioso por vestir otro comienzo,
Los dedos que pintaban mi lienzo,
Se tornaron manchas ocres dibujando menosprecio,
Y por más que me avergüenzo,
Si te pienso me castigo,
Si te sueño me sentencio,
La culpa es tuya por haberme puesto precio,
La culpa es mía por subirme inconsciente al trapecio,
Fuimos mártires de la impaciencia,
Te llamabas Luz, hoy te apellidas Ausencia,
Siempre fuiste tan discreta,
Que no hiciste ruido ni al meter mi vida en tu maleta,
Eras una forma de existencia,
Camino, llegada, destino, esencia,
Yo que me creía tan poeta,
El viento movió tu melena y reescribió las letras,
Dejaste huérfano a mi pecho,
Mis manos se preguntan que cuanto median tus piernas,
Ahora cuando ando hacia el lecho,
Hay un camino de flores mustias que me lo recuerdan,
¿Por qué te llamo en la lejanía?
Si el eco devuelve tu nombre con melancolía,
Cuando abro la nevera que ironía,
Hay dos cervezas, una está llena y la otra vacía,
Sé vivir, porque sé pensar,
Pero el raciocinio es un perro sin bozal,
Cuando anhelo tus labios repito sin cesar,
Que Judas también sabía besar,
La última cena fue triste,
Aliñaste tus excusas, pero no me comiste,
Ahora pienso en cuando me quisiste,
Y le rezo a las palabras que algún día me dijiste.
No sé si valió la pena,
El quedarme aletargado con tu canto de sirena,
Hoy soy culpable de mis problemas,
Si navego a la deriva en otra melodía eterna,
Tus dedos eran escala,
Y convertiste mis hombros en pentagrama,
Cualquier virtuoso que te toca exclama,
Que tu cintura es la más bella sinfonía escuchada,
La luz ya perdió su brillo,
Te arrancaste la corona y derrumbaste el castillo,
Aún te veo desnuda por el pasillo,
Y mirar para otro lado no me resulta sencillo,
Caminé cegado hasta las rocas,
Y la sal me recordó que existían otras bocas,
Aunque un ser en soñador nunca admite su derrota,
Si las riendas son firmes el tiempo no se desboca,
Sírveme otro whisky con hielo,
Pues mis dedos abrasados ya no guiarán su vuelo,
Pues esta voz desgarrada ya no sabe a terciopelo,
Pues estos ojos lustrosos ya no son puertas al cielo,
Marioneta con la rabia contenida,
Pero con la esperanza del que sabe que aún respira,
No sé convivir con está herida,
Un adiós es para siempre, un hasta luego es mentira.