LLUEVES
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[Morgan]
He visto al cielo regar mis mejillas,
Convertir polvo en arcilla, nublar las estrellas,
Creo reconocer tu nombre cuando chilla,
Y cuando brilla puedo ver tu luz en rayos y centellas,
Si la tormenta hace mella vuelvo a la playa,
Y el agua borra mis huellas,
Son nuestra historia los barcos en encallan,
Por eso cuando hace mella vuelvo a la playa,
Y a allí está ella,
Me enseña que hay besos que no se ensayan,
O que ya no es mía y que nunca la tuve,
Y la lluvia me muestra que el sol se encuentra detrás de una nube,
Una cabeza sin certezas, llena de inquietudes,
Con muchos más vicios que virtudes,
Y en resumen otro lunes y un tren que no llega,
Para este amor que se apagó en una sala de espera,
Que el tiempo ponga a cada uno en el lugar que deba,
Que seque las goteras, al menos las que pueda,
Y que mientras tanto llueva.
[Vito]
Si las gotas que rebotan no brotan del cielo,
Luego lo arrinconan y chocan de nuevo,
Es un volcán, lo que aparece ante mis ojos,
Sin un dado de este lado han preguntado,
Y no se sabe a dónde va.
Apenas sí se nota pero ocupa mi desván,
Otras ocuparán el aire en un baile de migas de pan,
Sílabas de lava y alquitrán,
Cuando ya no quede nadie, pondremos juntos un punto final,
A la lluvia intermitente más reciente,
Amor de guardarropas y postal,
Si todo sigue igual posiblemente
Nos quedará pendiente una despedida formal,
Ya será otoño en la noche de Montevideo,
Pediré un deseo, un paseo que cruce el canal,
Y en la otra rivera quedará un goteo,
Que me empape de garúa el ventanal.
[Sharif]
Las 3 de la mañana, me enciendo un cigarrillo,
La lluvia en mi ventana se parece a un estribillo,
La noche es una herida y yo sueño con tu cama,
Y con la tierra prometida que hay debajo de tus bragas,
Aun me acuerdo de aquel día, en la parada del tranvía,
La lluvia sin saberlo nos sirvió como coartada,
Sin decir nada tú me viste que fumaba,
Te acercaste en un despiste y me pediste una calada,
Y desde entonces no te he vuelto a encontrar,
El mundo duerme, el cielo aprende a llorar,
Yo escribo a solas con las olas del mar,
Cuando la luz de las farolas embalsama la ciudad,
Y tras la ventana los semáforos tiritan,
Y la cuidad palpita sin salirse del guion,
En las calles sólo hay gatos y suicidas,
Y las promesas incumplidas de las luces de neón
He visto al cielo regar mis mejillas,
Convertir polvo en arcilla, nublar las estrellas,
Creo reconocer tu nombre cuando chilla,
Y cuando brilla puedo ver tu luz en rayos y centellas,
Si la tormenta hace mella vuelvo a la playa,
Y el agua borra mis huellas,
Son nuestra historia los barcos en encallan,
Por eso cuando hace mella vuelvo a la playa,
Y a allí está ella,
Me enseña que hay besos que no se ensayan,
O que ya no es mía y que nunca la tuve,
Y la lluvia me muestra que el sol se encuentra detrás de una nube,
Una cabeza sin certezas, llena de inquietudes,
Con muchos más vicios que virtudes,
Y en resumen otro lunes y un tren que no llega,
Para este amor que se apagó en una sala de espera,
Que el tiempo ponga a cada uno en el lugar que deba,
Que seque las goteras, al menos las que pueda,
Y que mientras tanto llueva.
[Vito]
Si las gotas que rebotan no brotan del cielo,
Luego lo arrinconan y chocan de nuevo,
Es un volcán, lo que aparece ante mis ojos,
Sin un dado de este lado han preguntado,
Y no se sabe a dónde va.
Apenas sí se nota pero ocupa mi desván,
Otras ocuparán el aire en un baile de migas de pan,
Sílabas de lava y alquitrán,
Cuando ya no quede nadie, pondremos juntos un punto final,
A la lluvia intermitente más reciente,
Amor de guardarropas y postal,
Si todo sigue igual posiblemente
Nos quedará pendiente una despedida formal,
Ya será otoño en la noche de Montevideo,
Pediré un deseo, un paseo que cruce el canal,
Y en la otra rivera quedará un goteo,
Que me empape de garúa el ventanal.
[Sharif]
Las 3 de la mañana, me enciendo un cigarrillo,
La lluvia en mi ventana se parece a un estribillo,
La noche es una herida y yo sueño con tu cama,
Y con la tierra prometida que hay debajo de tus bragas,
Aun me acuerdo de aquel día, en la parada del tranvía,
La lluvia sin saberlo nos sirvió como coartada,
Sin decir nada tú me viste que fumaba,
Te acercaste en un despiste y me pediste una calada,
Y desde entonces no te he vuelto a encontrar,
El mundo duerme, el cielo aprende a llorar,
Yo escribo a solas con las olas del mar,
Cuando la luz de las farolas embalsama la ciudad,
Y tras la ventana los semáforos tiritan,
Y la cuidad palpita sin salirse del guion,
En las calles sólo hay gatos y suicidas,
Y las promesas incumplidas de las luces de neón