Rees - Muriendo Matando | Letra - #2 PAGLIACCI

MURIENDO MATANDO

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Letra:
Ya se me ha hecho tarde, ya me hecho mayor.
Hoy el cielo arde, el problema soy yo,
mis versos, mi sangre, la furia del Dios,
mis musas, mi nombre, mi amor y dolor.

Yo, yo, sólo quedo yo,
ruido en mis entrañas, silencio en la habitación.
No, no, quédate por favor.
No temo la muerte si no a la palabra adiós.

Mi luz y mi sombra, el filo de la luna,
pastillas de freno pa´ acercarme a la cordura.
Con mi dolor ciego, con esa duda muda,
surco con los dedos los mares de tu cintura.

Buscando una frase muero en el rapeo.
Mi voz es la del niño que esta solo en el recreo.
Rimando con clase, sufriendo en el deseo,
camino en los acordes que, el infierno, inspiro a Orfeo.

Araño las paredes del silencio,
hablo con la verdad de la falacia,
comprando libertad y pagando el precio,
buscando mi sonrisa en la desgracia.

Rimando sin prisa, versos para nadie,
corazón de trizas que mata por aire,
por hambre, por risa, mi muerte en el baile,
mi musa, poetisa, mi voz y mi carne.

Ya no quiero planes, ya no quiero nada,
vida a la deriva, mi rima y mis arcadas,
lágrimas saladas, el triste de la sala
gritando tu nombre con la boca cerrada.

Luz de la mañana, fantasmas en mi cama,
viviendo congelado con el corazón en llamas.
Alcohol en la llaga, humo en la ventana,
gritando tu nombre mientras sigues callada.

Sentado a la sombra del verso perfecto,
con sangre en las manos de mi boli exhausto,
con parches de luna, mi roto intelecto,
no soy una mierda, ni soy para tanto.

Sentado a la sombra, nervioso y atento,
mi nombre, mi sangre, mi luz y mi llanto,
el alma desnuda en todo momento,
viviendo en silencio, muriendo, matando.

Hoy tengo a la muerte de rodillas,
tengo al panorama sin aliento,
con versos de sangre en las costillas,
poemas naufragados en el viento.

Tengo tatuajes de tu ausencia,
habito donde acaba la coherencia,
tan lejos del cielo y de su gracia,
23 desastres como ciencia.

Metáforas perdidas en mi cima,
encima de mi rima ya no hay nada,
humo de tabaco y doxepina,
muriendo despacio por sus bragas.

No me reconozco ni mirándome a la cara,
tan vacío por dentro y llenando cada sala,
pidiéndome fotos, sin conocer mi drama,
chica mátame, no apuntes y dispara.

Vamos, mírame, que ya me queda poco.
Os traigo mi muerte, la expongo a los focos,
los locos, los rotos, los lloros, la pena,
tan raro y remoto, tan manso y tan fiera.

Esperan mis letras como agua de mayo,
invoco tormentas, mi rima es el rayo,
mi musa es la experta, yo sólo el vasallo,
no soy lo que digo, yo soy lo que callo.

Soy el arquitecto de versos leprosos,
no hablo tu dialecto, la tinta es mi idioma,
que ya estuve en coma y, tras mil sollozos,
cuento mis destrozos a un cielo que llora.

Llegó la hora, ya se abre el telón,
el payaso triste muestra su actuación,
la historia de un hombre lleno de dolor,
que escribe con sangre su última canción.

Sentado a la sombra del verso perfecto,
con sangre en las manos de mi boli exhausto,
con parches de luna, mi roto intelecto,
no soy una mierda, ni soy para tanto.

Sentado a la sombra, nervioso y atento,
mi nombre, mi sangre, mi luz y mi llanto,
el alma desnuda en todo momento,
viviendo en silencio, muriendo, matando.