HOY ESTÁS AQUÍ
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Letra:
Kako M.:
Cariño, sé que a veces despiertas y esa brisa matinal tan incierta te hace pensar con quién te acuestas, quién es ese al que besas y en tu cabeza se diluyen mi silueta y mi tez, y el tren de tu pensamiento descarrila al ayer… Y recuerdas aquel tipo rebelde con su moto ruidosa, el de dos cursos más, tú esperándolo en casa, un poco verde, nerviosa, con el póster de tu ídolo aprendiendo a besar. Yo iracundo, maldiciendo al alba y sus trucos burdos que nos trae con su luz aquella oscura verdad y tú me mientes si pregunto por qué estás así, ¿A dónde van tus suspiros cuando no apuntan a mí?
Maikel de la Riva:
Maldito el pasado si yo soy presente, malditos recuerdos que te hacen ausente, maldito el silencio de mi cobardía que cayo sabiendo que a veces no eres mía. Malditos los otros que a ti te tuvieron, mi inútil envidia, mis trágicos celos, mi torpe autoestima, el amor que es eterno justo cuando termina.
Los dos:
Pero sé que gracias a aquel que fue idiota y te dejó, que gracias a aquel que fue soso y te aburrió, que gracias a aquel que no supo los trucos para hacerte sentir mujer hoy estás aquí conmigo, hoy estás aquí esquivando su olvido pero al fin estás aquí, conmigo… Hoy estás aquí.
Kako M.:
Si en una de estas coincidiera con alguno de aquellos que te tuvieron nos caeríamos bien, sería una buena fiesta y tendremos varias cosas en común sin saberlo, con dos copas juraremos amistad eterna, a la tercera vendrán los problemas cuando nos dé por contar primaveras viejas y lleguemos a ti, y el azar nos sorprenda ante una gran cicatriz a medida. Querida, cuando nos dé por comparar nuestras marcas de carmín y la tuya coincida, empezará la gran huida cuando diga que te ama, que no te superó, que aún recuerda en la mañana aquella moto Tifón en la que te enseñó…
Maikel de la Riva:
Benditos recuerdos de aquellos inviernos, bendito el verano que tú y yo tenemos, benditas las bocas que a ti te pidieron los besos que a mí me regalas sin miedo, benditos aquellos que a ti te tuvieron, su inútil envidia, sus trágicos celos, bendita mi suerte si ahora te tengo.
Los dos:
Pero sé que gracias a aquel que fue cabrón y te engañó, que gracias a aquel que fue más tonto que yo, que gracias a aquel que no supo los trucos para hacerte sentir mujer hoy estás aquí conmigo, hoy estás aquí esquivando su olvido pero al fin estás aquí, conmigo… Hoy estás aquí.
Pero sé que gracias a aquel que fue idiota y te dejó, que gracias a aquel que fue soso y te aburrió, que gracias a aquel que no supo los trucos para hacerte sentir mujer hoy estás aquí conmigo, hoy estás aquí esquivando su olvido pero al fin estás aquí, conmigo… Hoy estás aquí.
Cariño, sé que a veces despiertas y esa brisa matinal tan incierta te hace pensar con quién te acuestas, quién es ese al que besas y en tu cabeza se diluyen mi silueta y mi tez, y el tren de tu pensamiento descarrila al ayer… Y recuerdas aquel tipo rebelde con su moto ruidosa, el de dos cursos más, tú esperándolo en casa, un poco verde, nerviosa, con el póster de tu ídolo aprendiendo a besar. Yo iracundo, maldiciendo al alba y sus trucos burdos que nos trae con su luz aquella oscura verdad y tú me mientes si pregunto por qué estás así, ¿A dónde van tus suspiros cuando no apuntan a mí?
Maikel de la Riva:
Maldito el pasado si yo soy presente, malditos recuerdos que te hacen ausente, maldito el silencio de mi cobardía que cayo sabiendo que a veces no eres mía. Malditos los otros que a ti te tuvieron, mi inútil envidia, mis trágicos celos, mi torpe autoestima, el amor que es eterno justo cuando termina.
Los dos:
Pero sé que gracias a aquel que fue idiota y te dejó, que gracias a aquel que fue soso y te aburrió, que gracias a aquel que no supo los trucos para hacerte sentir mujer hoy estás aquí conmigo, hoy estás aquí esquivando su olvido pero al fin estás aquí, conmigo… Hoy estás aquí.
Kako M.:
Si en una de estas coincidiera con alguno de aquellos que te tuvieron nos caeríamos bien, sería una buena fiesta y tendremos varias cosas en común sin saberlo, con dos copas juraremos amistad eterna, a la tercera vendrán los problemas cuando nos dé por contar primaveras viejas y lleguemos a ti, y el azar nos sorprenda ante una gran cicatriz a medida. Querida, cuando nos dé por comparar nuestras marcas de carmín y la tuya coincida, empezará la gran huida cuando diga que te ama, que no te superó, que aún recuerda en la mañana aquella moto Tifón en la que te enseñó…
Maikel de la Riva:
Benditos recuerdos de aquellos inviernos, bendito el verano que tú y yo tenemos, benditas las bocas que a ti te pidieron los besos que a mí me regalas sin miedo, benditos aquellos que a ti te tuvieron, su inútil envidia, sus trágicos celos, bendita mi suerte si ahora te tengo.
Los dos:
Pero sé que gracias a aquel que fue cabrón y te engañó, que gracias a aquel que fue más tonto que yo, que gracias a aquel que no supo los trucos para hacerte sentir mujer hoy estás aquí conmigo, hoy estás aquí esquivando su olvido pero al fin estás aquí, conmigo… Hoy estás aquí.
Pero sé que gracias a aquel que fue idiota y te dejó, que gracias a aquel que fue soso y te aburrió, que gracias a aquel que no supo los trucos para hacerte sentir mujer hoy estás aquí conmigo, hoy estás aquí esquivando su olvido pero al fin estás aquí, conmigo… Hoy estás aquí.